Una palabra inventada y sonora, inspirada en el volumen y movimiento del cabello rizado, pero suficientemente abstracta y distintiva para no ser descriptiva ni genérica. Es memorable, fácil de pronunciar en español y no contiene componentes ligados a indicaciones de uso ni tecnicismos, lo cual favorece su registrabilidad y lo aparta del ámbito común del sector.

Surge de la combinación de la sílaba 'lum-' (que evoca luz, brillo, vitalidad) con un final suave y femenino, sin contenido explícitamente descriptivo. Es un nombre sofisticado y sugerente, que alude a la autoexpresión y empoderamiento sin caer en lo literal ni en palabras usuales del segmento, elevando la percepción emocional y facilitando el registro legal.